martes, 28 de junio de 2011

Miles de trabajadores paralizan el país y salen a las calles en Grecia



Los antidisturbios han hecho uso de gases lacrimógenos ante el Parlamento griego para dispersar a manifestantes radicales. El choque ha ocurrido en la parte inferior de la plaza de Sintagma tras el fin de las manifestaciones convocadas este martes por los sindicatos mayoritarios en una huelga general de 48 horas que ha paralizado al país.

Una reportera gráfica ha sido herida leve en la refriega entre las fuerzas del orden y los radicales.

Los dueños de hoteles cercanos han cerrado sus puertas para evitar que los altercados se trasladen a sus negocios. Los enfrentamientos continúan frente al ministerio de Finanzas. La gente que permanecía en la plaza tras la manifestación se ha alejado para buscar refugio de la violencia y de los gases lacrimógenos de los agentes.

Según testigos, un policía antidisturbios tiró su casco y el escudo, renunciando a su deber democrático de supresión de manifestación masiva. Otros antidisturbios le golpearon con fuerza, lo que le obligó a no abandonar el servicio. Los policías disparan gases lacrimógenos, mientras una ambulancia de la Cruz Roja [Erithros Stavros] transporta a los manifestantes heridos y personas que sufren de problemas respiratorios al hospital.

Batalla campal en Atenas: disturbios tras bloqueo popular al Parlamento

La policía griega reprimió hoy (martes 28)  a los manifestantes "indignados" que bloqueaban el Parlamento y tiraban piedras, en el marco de una huelga general  por 48 horas que  convocaron los dos mayores sindicatos del país.

Las fuerzas de seguridad arrojaron gases y balas de gomas contra manifestantes que incendiaron contenedores de basura y arrojaron piedras a la policía.

El paro fue  llamado por los sectores público y privado en rechazo al plan de ajuste que espera la aprobación del Parlamento y del que depende un préstamo de 12 mil millones de euros del FMI y la UE para evitar el default.

Miles de manifestantes se congregaron frente al Parlamento para repudiar el ajuste, que se suma a otro ya adoptado el año pasado que contribuyó a elevar el desempleo a un 16%

Miles de trabajadorxs griegos iniciaron hoy una huelga de 48 horas mientras el Parlamento debate una nueva serie de recortes salariales y alzas de impuestos cuya aprobación exige el FMI para no dejar caer a Grecia en default.

Bajo un estricto control de seguridad (más de 5.000 policías desplegados en el centro de Atenas) miles de manifestantes se congregaron frente al Parlamento para repudiar el ajuste, que se suma a otro ya adoptado el año pasado que contribuyó a elevar el desempleo a un 16%.

Las fuerzas antidisturbios han tratado de dispersar a los manifestantes con gases lacrimógenos, bombas de sonido y humo. Además se han desplegado por las plazas cercanas para evitar que se concentren. Hay personas heridas y detenidas.

Trabajadorxs de todos los ámbitos, desde médicxs y choferes de ambulancia a obrerxs fabriles y actores adhirieron o prometieron adherir al paro de dos días, la cuarta huelga general del año contra las medidas de austeridad y en reclamo de un nuevo rumbo.

Cientos de vuelos fueron cancelados o reprogramados por un paro de 4 horas de los controladores aéreos que comenzó a las 8.Otra retención de tareas de 4 horas más está prevista para la tarde.

Los trastornos se magnificaron por una huelga casi total del transporte público que se sintió sobre todo en Atenas, donde hubo grandes embotellamientos por la inusual cantidad de autos particulares.

Un grupo de trabajadores bloqueó el puerto del Pireo -el más importante de la zona Atenas y uno de los más activos del país- e impidó que zarparan los transbordadores, un medio de transporte        vital en una nación con tantas islas como Grecia.

Los ministerios, las empresas estatales y los bancos secundaban ampliamente la medida de protesta, informó la agencia de noticias DPA.

"La situación que están sufriendo los trabajadores es trágica, y estamos cerca de niveles de pobreza", dijo Spyros Linardopoulos, un dirigente del sindicato PAME en el bloqueo al Pireo. "El gobierno declaró la guerra y a esta guerra responderemos con guerra".

Los sindicatos, la mayoría de la sociedad y la oposición política rechazan el nuevo ajuste por 28.000 millones de euros y un programa de privatizaciones por otros 50.000 millones que los diputados debaten desde ayer.

Los acreedores de Grecia, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE), exigen que el ajuste sea aprobado este mes para entregar a Grecia 12.000 millones de euros sin los cuales el país caerá en default en unos 15 días.

El dinero corresponde al quinto tramo de un préstamo de "rescate" de 110.000 millones de euros otorgado a Grecia el año pasado cambio de un primer ajuste que incluyó recortes salariales y de pensiones, aumentos de impuestos y suba de edad jubilatoria.

La huelga fue convocada por los principales sindicatos, pero a ella se suman un movimiento ciudadano surgido a través de Internet y denominado "ciudadanos indignados".

Los indignados, inspirados por el movimiento español, prometieron bloquear mañana el edificio del Parlamento para evitar la prevista votación sobre el nuevo programa de ahorro.

El primer ministro, el socialista Giorgos Papandreu, apeló ayer a los diputados a honrar su "conciencia patriótica" y votar a favor del ajuste.

Además, este ahorro estricto es una condición indispensable para aprobar un segundo préstamo para Grecia de 120.000 millones de euros, al que darán el sí definitivo el próximo fin de semana los ministros de Finanzas de la UE.

Los "socialistas" en el gobierno cuentan con una mayoría de 155 diputados en el Parlamento de 300 escaños. Dos de sus parlamentarios ya anunciaron que "con las actuales circunstancias" no pueden apoyar el paquete de medidas.

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