Acabada la reunión del Consejo de Ministros en Palacio de Gobierno, el saliente presidente de la República, Alan García, declaró a la prensa sobre los incidentes violentos en Puno, a raíz de las protestas antimineras que ayer dejaron el saldo de cinco muertos y una veintena de heridos.
Al respecto, García Pérez aseguró deplorar los desmanes y lamentar las pérdidas de vidas, aunque rechazó que “las poblaciones de las alturas sean llevadas a la fuerza y casi con una organización paramilitar por oscuros intereses políticos a cometer delitos gravísimos como el asalto y la destrucción” de los equipos e instalaciones del aeropuerto de Juliaca. Resaltó la prudencia de la Policía en las semanas pasadas, que, aseguró, buscó el diálogo antes que la violencia para sofocar la convulsión.
Por otro lado, aseguró que es “inocultable y claro” que la protesta no es contra del gobierno que termina sino que “hay oscuros interese políticos que exigen una parte del poder o creen que es momento de adueñarse de una parte del poder en el cambio de gobierno. En ese sentido, lo que se busca es presionar al próximo gobierno y al presidente Ollanta Humala haciendo esta advertencias y estas demostraciones de fuerza”. Añadió que colaborará con la nueva administración del ejecutivo para nadie presione a al nuevo gobierno.
Para el jefe de Estado, el diálogo ha estado presente en todo momento durante las protestas, desde la Presidencia del Consejo de Ministros hasta los dirigentes regionales y de los movilizados. Al respecto señaló que en el caso particular del pedido de descontaminación del río Ramis —exigencia que suscitó la protesta de los azangarinos y la violencia en Juliaca ayer— se ha dispuesto ya recursos de diversos ministerios a fin de ejecutar la obra.
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