El arzobispo de Lima sabe que sus afirmaciones son impopulares y que sus detractores buscan el más mínimo detalles para criticarlo. No le importa, nunca dejará de decir lo que piensa.
Por Diana Seminario Marón (El Comercio)
Salimos de una crispada campaña electoral. ¿Qué tendríamos que hacer para alcanzar la reconciliación de la que tanto se habla?
La política tiene que recuperar el sentido de servicio. Debe buscar el bien integral de las personas. El nuevo presidente es consciente de que estamos esperando sus propuestas, no solo económicas, sino las que procuren cerrar heridas. Y la actitud que el presidente tenga va a facilitar que nos entendamos mejor.
En la campaña se debatió la defensa de la vida y el presidente electo incluye en su plan de gobierno despenalizar el aborto. ¿Cree que lo cambiará?
Estoy seguro de que el presidente Ollanta Humala apuesta por la vida y por tanto no es una prioridad despenalizar el aborto. Hay que pensar que promoverá la familia.
Lo dijo tras reunirse con usted.
Así es, no podemos estar a la defensiva de qué daño esperamos que haga. El presidente Humala podría incorporar una política de población que disminuya la mortalidad infantil, que facilite el acceso a la salud y a la educación. Debe implementar una política que, en lugar de eliminar la fuerza productiva del país, elimine la mortalidad infantil. ¿Por qué aceptamos una agenda de George Soros que plantea que no haya hijos, que se aborte y que la mujer y el hombre hagan lo que quieran con su cuerpo? ¿Por qué perder tiempo y plata en ideologías impuestas desde fuera en lugar de ir a políticas positivas?
Cuando habla así le dicen que se está metiendo en política…
Si yo no fuera el cardenal arzobispo de Lima y primado del Perú, no tendría por qué. Yo asumo la doctrina social de la Iglesia, que aporta principios de reflexión a la política. Lo que no hace es una participación política activa, pero tiene todo el derecho y el deber de iluminar con principios como la defensa de la vida, de la familia, de la sexualidad masculina y femenina.
Hemos visto sacerdotes activos en las zonas mineras.
No quisiera criticar a pastores de la Iglesia. Hay que dar ideas que faciliten el juicio político, pero yo como cardenal no creo tener los elementos de juicio para saber si tal o cual mina puede ser explotada y no creo que ningún obispo ni sacerdote –salvo que sea geólogo– tenga elementos para definirlo. Lo que sí podemos decir es que hay un derecho de los pueblos a ser consultados. Hay tres factores: los pobladores, el inversionista y el Estado que da el marco jurídico y debe tener la autoridad moral que facilite el diálogo.
Hemos visto mucha intolerancia. ¿Qué podríamos hacer para respetarnos en nuestras diferencias?
El país reclama un diálogo de nivel. Se habla mucho de tolerancia pero te imponen las ideas. Yo expongo las mías y me gustaría escuchar las de los demás, pero ves columnas de opinión de gente que no está de acuerdo conmigo e insultan. Es difícil el acceso a medios de comunicación cuando hay cierto copamiento de quienes imponen un relativismo moral en el que no vale hablar de fe, de principios, ni de Iglesia. Cuando se discute sobre programas de población, hay quienes se centran en controlar la natalidad, que son, por cierto, quienes atacaron en la última campaña disfrazándose de esterilizaciones.
¿No fueron acaso las esterilizaciones una barbaridad?
Efectivamente, y he encontrado archivos sobre lo que yo opiné entonces, recortes de una prensa nada amiga que señalaban el enfrentamiento, como cuando decía que el ministro de Salud debía irse. *(Diario “La República”. 20 de febrero de 1998: “A Costa Bauer hay que botarlo del Ministerio”) (Diario “La República”. 21 de febrero de 1998. Editorial “Cipriani y Fujimori. Divorcio en las alturas”).
¿Es consciente de su identificación con el gobierno de Fujimori?
Lo soy tras 10 años de demolición. No tuve ninguna relación con las esterilizaciones, ni con ningún acto de corrupción, y nunca tuve delante de mí a Montesinos. No estoy en la lista de quienes odian al ex presidente Fujimori y quieren olvidar lo bueno que se hizo.
¿Y las cosas que se hicieron mal?
Decirlo, que estaban muy mal, y así lo señalé.
Por ejemplo…..
Que Montesinos era un demonio.
No le hizo caso…
No sé si no me hizo caso o no podía, porque cuando quiso deshacerse de él, lo destruyó. Creo que ni el ex presidente Fujimori sabía la magnitud del mal que este señor estaba haciendo al país.
¿Cree que hay una tendencia a equiparar a las FF.AA. con Sendero Luminoso?
La Comisión de la Verdad no fue justa con las Fuerzas Armadas. Está pendiente una restauración del respeto a las Fuerzas Armadas y PNP, no digo yo a los malos elementos ni a los abusos. Hay una tendencia muy fuerte a judicializar a todo policía y militar.
¿Sigue pensando que la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos es una cojudez?
Está sesgada, tal vez la palabra no es la más oportuna. Pocas veces la veo defendiendo a viudas, a campesinos desaparecidos, a niños abandonados.
¿Están ideologizados los DD.HH.?
Sí. Quisiera que fueran unos derechos que defiendan a la persona, no un instrumento político.
Ud. dijo que el derecho a la vida es el primer derecho humano y que, contradictoriamente, quienes lo promueven avalan el aborto.
El hecho de que Dios se haya hecho hombre le da una dignidad a los DD.HH. que trasciende a estas pequeñas peleas ideológicas.
El aborto determinó que Toledo no pase a la segunda vuelta. Usted lo criticó duramente por eso.
El tema no estaba en la discusión y él lo introdujo. Lo invité a reflexionar sobre el tema en una conversación que fue privada pero que no fue en el clima de acercamiento y de entendimiento que yo esperaba.
¿Considera que tuvo un papel activo en la campaña electoral?
Hay algo que quisiera que trascienda a la campaña: el Perú tiene un déficit de verdad. Con facilidad, hablando de cualquier tema, la mentira y la trampa son frecuentes. Mi presencia ha sido un reclamo a la veracidad.
Se dijo que usa el púlpito para hablar de política.
Todos tenemos derecho a expresar nuestros pensamientos, la democracia, la tolerancia nos obliga a estar a la altura de las circunstancias. El púlpito es una estructura que está en la Catedral al que se sube por una escalerita y solo lo uso en Semana Santa. Una vez tuve una referencia clara, sin decir su nombre, a “Mario Vargas Llosa”. Alguien lo engañó y le dijo que yo lo había insultado, lo que generó que, en una entrevista en el diario “La Vanguardia” de España, me insultara. Él origina el primer hecho público.
Tras eso usted escribe un artículo.
Yo le respondí al insulto. Si él no está de acuerdo con mis ideas ¡Bendita libertad!
En un artículo que publicó en este Diario lo llamó cómplice de la dictadura y Ud. ya no respondió…
Pensé que no era oportuno fomentar un enfrentamiento. Él tiene un prestigio y un lugar muy importante en el corazón de los peruanos con su Premio Nobel y tengo la impresión de que ese prestigio lo puso al servicio de un resentimiento político. No se trata de si él defiende las libertades o no, yo como pastor de la Iglesia Católica sí tengo que dirigirme a los fieles.
En varias oportunidades se ha referido al “pensamiento único”, y ha crispado a muchos que se han sentido aludidos. ¿Cómo llegar a un entendimiento?
La palabra tolerancia ha sido secuestrada por un grupo de personas y todos los demás no la podemos usar porque somos intolerantes. La palabra democracia ha sido secuestrada por un grupo de personas que si no piensas como ellos, eres un autoritario y dictador. La palabra corrupción se la han apropiado algunos grupos y todos los demás somos corruptos. Quiero rescatar el derecho de usar las palabras como reflejo de conceptos y es ahí donde puede haber diálogo e intercambio de ideas, pero secuestran las palabras y les cambian los contenidos, y luego critican en ese pensamiento único, en el que te alineas o te descalifico.
Tenemos alcaldesa de izquierda, tendremos presidente de izquierda, ¿podemos vernos en el futuro reflejados en el espejo de España, Ecuador o Venezuela?
Prefiero no usar el término izquierda, pues le da una valoración política. Lo que le diría a la alcaldesa de Lima, con respeto y cariño, es que hay unos problemas urgentes de orden, tránsito y de seguridad, y estamos en discusiones bizantinas como el Cristo del Morro Solar. La mayoría en este país tiene la fe católica y es bueno alertar que de esa Europa rancia, vieja y adormecida se está exportando un laicismo que no es el Estado laico que es bienvenido, sino un laicismo que quiere extirpar de la dimensión humana su aspecto religioso.
SE NECESITA TENER CORAJE ESPIRITUAL
Se habla de indultar a Alberto Fujimori. ¿Cómo ve la discusión?
El sábado pasado he visto al ex presidente Fujimori.
¿Fue a visitarlo?
Sí. Y entré por la puerta como uno más. Es una responsabilidad que comparten el presidente Alan García y el presidente electo Ollanta Humala y deberían tener el coraje espiritual de atreverse a afrontar este tema, sería una señal clara de dejar los odios hacia una persona que, por su edad y sus circunstancias, puedo asegurar que no está bien de salud. Yo sí espero que en estos días, estos dos hombres asuman solidariamente una responsabilidad, porque el presidente García lo puede hacer, en la medida que el presidente Humala se una a esta responsabilidad. Creo que haría mucho bien y no estamos hablando de costo político.
Pero eso es innegable y se mide.
Yo no soy presidente, pero creo que tengo una sensibilidad interior suficiente para poder evaluar determinadas situaciones y estaría dispuesto a colaborar si me pidieran la opinión de manera reservada, porque sí creo en la posibilidad de restaurar algunos aspectos de las heridas que están en el país, en la medida que haya de por medio una razón claramente humanitaria. Cuando una sociedad no reacciona ante circunstancias humanitarias es una sociedad enferma. Igual que una sociedad que no castiga los delitos es una sociedad enferma. No debemos esperar situaciones extremas para que se despierte la magnanimidad en el alma. Si no tienes magnanimidad, no me entiendes y no hagas nada.
¿No cree que una decisión de ese tipo va a exacerbar muchos odios?
Está muy fresca la campaña electoral y los ataques a Keiko Fujimori a propósito de su padre. No creo que el país haya quedado satisfecho con eso. Han ganado unos contra otros.
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