Dos semanas después de ser elegido como presidente de la República, el líder nacionalista Ollanta Humala parece haber perdido contacto, eventualmente contra su voluntad, con los sectores sociales que impulsaron su candidatura y que lo llevaron al triunfo en las elecciones de segunda vuelta del pasado 5 de junio e inclusive no se reúne con los integrantes de la Dirección Política de Gana Perú, afirmaron ayer, con preocupación, fuentes de esta organización política.
Señalaron que existe un sector del entorno de Humala, muy pragmático y muy preocupado en contentar o no disgustar a los sectores conservadores, que ha establecido una especie de barrera muy fuerte entre el mandatario electo y esas organizaciones que se jugaron por él como una alternativa contra el embate de la ultraderecha representada por Keiko Fujimori.
Se trata de gente ligada a la derecha con fuerte influencia en el presidente electo, que ha tendido un cerco a su alrededor, dijeron.
Anotaron que, en ese difícil y confuso contexto, hay una virtual “invasión” de elementos que, a cambio del apoyo electoral que le dieron en LA PRIMERA vuelta, buscan copar posiciones en el gabinete ministerial, con una presencia desproporcionada respecto a su posible aporte.
Asimismo funcionarios del aparato estatal a cargo de temas como protocolo y seguridad le imponen al mandatario electo una agenda que no lo dejaría ni respirar, según indica gente de su entorno, la cual asegura que Ollanta Humala parece molesto por el cerco y tiene la mayor voluntad de tener contacto con los dirigentes sociales y nacionalistas, con quienes compartió la semana pasada en una comida con dos mil de ellos.
Recelo y contradicciones
La situación de aislamiento del líder nacionalista ha llevado a que diferentes voceros de Gana Perú caigan en serias contradicciones, respecto a temas centrales, las cuales han sido puestas en relieve por la prensa que le hizo una guerra a muerte a Ollanta en la campaña electoral y que parece haber sumado a la operación envolvente, cuyo evidente objetivo, dicen los informantes, es mediatizar la administración de Ollanta y bloquear su programa de contenido social.
Es el caso de la discusión sobre los despidos arbitrarios, en el tema laboral. Por un lado Aída García Naranjo, miembro de la Comisión de Transferencia de Gana Perú, plantea que Gana Perú se propone eliminarlo.
Esto, sin embargo, fue rectificado por LA PRIMERA vicepresidenta electa Marisol Espinoza, así como por el vocero de Gana Perú, Fredy Otárola, quienes dijeron, a su turno, que no existe ningún planteamiento en ese sentido en el nacionalismo.
En diálogo con LA PRIMERA, el laboralista Enrique Fernández-Maldonado, miembro del equipo técnico de Gana Perú, reconoció la existencia de cierto recelo al interior de la agrupación vencedora de las últimas elecciones.
“Producto de esas tensiones en estos momentos de la transición se están desconociendo entre ellos y sus opiniones, respecto a lo planteado en un comienzo”, señaló.
Al respecto, el historiador Antonio Zapata sostuvo que resulta natural que se genere ese tipo de controversia dentro de una coalición política. “Son fricciones normales entre tendencias que coparticipan de un gobierno de coalición”, anotó.
Agregó, asimismo, que este comportamiento incluso es algo que se espera cuando en circunstancias como estas se está montando un gobierno de concertación.
Debe liderar proceso
El analista político Ricardo Vásquez Kunze refirió que Ollanta Humala, como presidente electo, debe liderar un poco más el proceso de transferencia gubernamental para de esa manera evitar situaciones como las contradicciones entre los voceros de Gana Perú.
“Para hacer valer su liderazgo debe dejar bien en claro quién está al frente del proceso para así evitar dimes y diretes entre las diferentes colectividades que forman Gana Perú, como la gente de izquierda o los técnicos que reclutó de Perú Posible”, apuntó.
Tan cerca y tan lejos
En el campo de las dirigencias sociales, hay por otra parte cierta insatisfacción por el virtual asedio de sectores empresariales y políticos conservadores.
Solo dos días después, Ollanta Humala recibió con gran destaque mediático a los representantes de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep), quienes fueron enconados enemigos de su candidatura y que incluso pagaron una millonaria campaña publicitaria a favor de Keiko Fujimori.
No ocurrió lo mismo, sin embargo, con visitantes como la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), puntal de la campaña nacionalista y cuya dirigencia fue recibida sin aviso a los medios ni mayor destaque.
Para Zapata, sin embargo, esta actitud hay que tomarla como normal pues es necesario atender a sectores como la Confiep, que incluso “lo han guerreado”. “Los empresarios se han acercado con la cabeza baja, aceptaron la línea aérea de bandera, que para ellos es como un crimen, y eso hay que tomarlo así”, afirmó.
En tal sentido, descartó que la deferencia a la Confiep signifique una corrida hacia la derecha y que en todo caso, el tono de su gobierno se sabrá cuando nombre a su primer ministro. “El tema es a quién selecciona en la PCM, porque es esta persona terminará de definir su equipo”, subrayó.
Trepan hasta Fujimoristas
Trepan hasta Fujimoristas
Parte del cerco a Ollanta Humala son las gestiones de personajes estrechamente vinculados a Keiko Fujimori, que rondan la tienda de Gana Perú con aspiraciones ministeriales.
Tal como pudo conocer este diario, según fuentes confiables de Perú Posible, Alfredo Ferrero aprovecha sus contactos toledistas para promoverse como ministro de Comercio Exterior y Turismo, pese a que hasta dos días antes de las elecciones del 5 de junio llamó fervientemente a votar por Keiko Fujimori.
En aquella oportunidad, Ferrero, incluso, señaló que, en caso de ganar Ollanta Humala, su triunfo significaría un retroceso económico de 30 años para el Perú.
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